La gran cantidad de polvo en casa puede constituir una fuente de obesidad: las partículas hacen crecer las células de grasa y acumular más nutrientes, señala un artículo publicado en la revista Environmental Science & Technology.
En los últimos años, los científicos descubrieron más de 1.000 moléculas sintéticas y naturales diferentes capaces de ‘incrustarse’ en el metabolismo y alterar el sistema endocrino. Varias decenas de estas moléculas afectan directamente al tejido graso, sistema digestivo y centros del apetito en el cerebro de seres humanos y animales.
«Los resultados de nuestros experimentos son muy preocupantes, especialmente en relación a la salud infantil. En el futuro, es necesario examinar en detalle cómo afectan las sustancias presentes en el polvo al tejido adiposo y qué receptores de sus células están concretamente afectados», sostienen Christopher Kassotis y sus colegas de la Universidad de Duke en Durham (Estados Unidos).Muchos científicos relacionan la distribución y acumulación de estas sustancias en el medio ambiente con la rápida extensión de la epidemia de obesidad, que en las últimas dos décadas ha cubierto la mayor parte de los países industriales y en vías desarrollo.
Mediante el estudio de la composición de las partículas de polvo doméstico y su efecto sobre las células humanas, Kassotis y sus colegas de la Universidad de Duke descubrieron una de las más peligrosas e inesperadas fuentes de ese tipo de compuestos químicos.En el experimento participaron los patrones de polvo procedentes de 11 casas de Durham. En el transcurso del estudio, nueve muestras a la vez hicieron crecer las colonias de grasa. A partir de entonces, Kassotis analizó la composición química de las partículas de polvo, identificando las moléculas que influenciaron más que otras el crecimiento de las células.
Se trata de tres sustancias que son componentes populares de pinturas, adhesivos y aerosoles.