El italiano Maurizio Buratti se jactaba de ir a un supermercado con fiebre.
Maurizio Buratti, el antivacunas italiano, murió de COVID a los 61 años.
Maurizio Buratti, un ferviente antivacunas italiano que ganó fama y seguidores después de realizar constantes llamadas telefónicas a un popular programa de radio, murió a causa del coronavirus.
El hombre de 61 años, conocido también por sus fanáticos como Mauro de Mantua, se había jactado de ser un “esparcidor de la peste” después de ir deliberadamente a un supermercado sin mascarilla mientras se sentía enfermo y tenía una temperatura de 38 grados, pocos días antes de su internación por COVID-19.
Oriundo de Mantua, en el norte de Italia, Buratti era una personalidad conocida en su ciudad, sobre todo entre los oyentes de La Zanzara, el programa de radio que dirigía Giuseppe Cruciani junto al periodista paduano David Parenzo, de acuerdo con el diario español El Mundo.
Maurizio Buratti, el polémico personaje italiano.
Para justificar su actitud ante las medidas que dictaba el Gobierno Italiano para frenar la pandemia, Maurizio Buratti solía decir que estaba defendiendo la Constitución. Además, se negó a hacerse una prueba PCR porque creía que los hisopos causaban el virus.
Buratti también promovió teorías de conspiración antisemitas, se mostró como activista antivacunas hasta el final y había negado repetidamente la existencia del COVID-19.
En una de sus últimas llamadas telefónicas a la radio, Buratti dijo que saldría de Italia y buscaría asilo en Corea o Turquía para evitar verse obligado a vacunarse.
Buratti quería irse de Italia para evitar ser vacunado a la fuerza.
Antes de que enfermara, era un asistente habitual a las protestas contra las medidas para frenar el coronavirus y era un feroz oponente del Green Pass, que obliga a todos los trabajadores italianos a vacunarse o mostrar evidencia de anticuerpos COVID-19.
De acuerdo con El Mundo, a principios de diciembre Mauro de Mantua, durante una emisión en directo en la radio, relató cómo había entrado en un supermercado sin mascarilla con la intención de contagiar a todo el mundo del coronavirus cuando ya sabía que estaba infectado.
En los días siguientes su salud empeoró tanto que los propios radioyentes y el director del programa intentaron convencerlo de que fuera al hospital. Finalmente, Maurizio Buratti, mecánico de profesión, cedió tras una larga resistencia y se presentó en emergencias de un hospital de Verona, a una hora de camino, porque, según él, “en Mantua los médicos son todos comunistas”.
Buratti negaba la existencia del COVID.
En las últimas semanas su estado de salud se había agravado, por lo que muchos de quienes lo habían insultado por sus afirmaciones ahora mostraban su esperanza de que se recuperara. Incluso David Parenzo, que en señal de solidaridad retiró una demanda en su contra.
Finalmente, Buratti falleció en una unidad de cuidados intensivos.