• Durante la exhibición, que irá del 24 al 26 de noviembre en la carrera 59 # 59-121, estarán disponibles para venta al público más de 500 piezas únicas hechas a mano por los alfareros de Ponedera (Atlántico).
• El proyecto Arcillas de Puerto Alegre, liderado por las fundaciones Promigas y Gases del Caribe, beneficia a 12 familias artesanas a través del fortalecimiento del desarrollo técnico, económico y social para mejorar sus ingresos y calidad de vida.
. De la mano de Fundación Promigas y Fundación Gases del Caribe, llega a Barranquilla la I Galería de Tradición, un espacio lleno de magia para conocer sobre el arte ancestral de la alfarería y apoyar a las 12 familias artesanas de Ponedera (Atlántico) beneficiarias del proyecto Arcillas de Puerto Alegre, cuyas manos convierten el barro en piezas únicas.
La exhibición estará abierta al público del 24 al 26 de noviembre en la carrera 59 No. 59-121 (Casa Fundación Gases del Caribe), donde estarán disponibles para venta más de 500 piezas hechas en barro, entre jarrones, espejos, vasijas, platos, tazas de café y macetas, entre otros elementos decorativos para el hogar.
Gracias al acompañamiento técnico a estas unidades productivas, el proyecto ha impulsado el saber ancestral de la alfarería, lo que se refleja en los excelentes resultados a corte de hoy, tal como lo explicó la directora ejecutiva de Fundación Promigas, Marcela Dávila Márquez: el promedio mensual de ventas por taller es de $1.370.000, alcanzando un incremento del 25 % en ingreso frente al inicio del proyecto.
“Estas 12 unidades productivas artesanales ahora cuentan con mejores herramientas para desarrollar piezas innovadoras y, por ende, estás familias tienen una mejor calidad de vida y mayores ingresos. Por eso nos entusiasma traer por primera vez a la ciudad una muestra de Arcillas de Puerto Alegre, para que todas las personas tengan la oportunidad de adquirir estás piezas y seguir apoyando este arte”, expresó la directora de Fundación Promigas.
Asimismo, agregó que además de la formación integral, las adecuaciones locativas en sus talleres y el acompañamiento técnico, social y económico, los alfareros han recibido herramientas modernas como tornos eléctricos y hornos a gas natural, que aceleran el proceso de producción en su territorio.