Más que una intervención militar, a juicio del político, «lo que se necesita con urgencia es un impulso internacional coordinado para lograr un alto el fuego y un acuerdo negociado bajo los auspicios de la ONU».
La ONG siria Cascos Blancos acusó a las tropas gubernamentales de haber arrojado desde un helicóptero un barril con agente tóxico que supuestamente dejó decenas de muertos y centenares de intoxicados el 7 de abril.
Los Cascos Blancos se definen como una ONG políticamente neutral y no beligerante, dedicada a la protección de civiles en Siria, aunque junto con los vídeos en que rescatan a niños de las ruinas, también circulan en la web las imágenes en que se les ve manipulando las filmaciones, maquillando a las víctimas y dictándoles lo que deben declarar ante las cámaras.
Según la organización, sus principales donantes son la fundación Mayday Rescue (financiada por el Reino Unido, Dinamarca, Países Bajos y Alemania) y la empresa Chemonics, con la sede en Washington. El presidente sirio, Bashar Asad, sostiene entretanto que los Cascos Blancos están relacionados con el grupo terrorista Al Qaeda (prohibida en Rusia).
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