ANIF – Informe Semanal No. 1510 del 31 julio de 2020
En los últimos años, Colombia logró importantes avances en materia de tributación, al adoptar elementos de carácter estructural, según algunas de las recomendaciones de la OCDE y de otros expertos. Sin embargo, es claro que, a pesar de los recientes avances, seguimos lejos de un esquema tributario que garantice un recaudo suficiente para las necesidades del país, que sea más equitativo y eficiente. En efecto, el recaudo tributario del Gobierno Nacional se ha mantenido alrededor del 14% del PIB durante los últimos años, quedándose corto frente a la meta del 16%-17% del PIB que hoy se observa en promedio en América Latina. Adicional a esto, se tienen agravantes por cuenta de: (i) las mayores presiones de gasto en los próximos años, que consideramos rondarán entre el 8% y el 10% del PIB; y (ii) la necesidad de volver a déficits fiscales del 2.5% del PIB en el año 2022, consistente con las metas de la Regla Fiscal.
Teniendo en cuenta todo eso, es evidente que el Estatuto Tributario de Colombia requiere de reformas profundas y detalladas, que cumplan con los principios de progresividad, equidad y eficiencia. Al mismo tiempo, resulta clave revisar detenidamente las disposiciones en materia de gasto público, pues el sistema fiscal debe entenderse como el conjunto del ingreso y del gasto público.
Así las cosas, en ANIF consideramos que la solución a los retos fiscales no pasa por declarar la inconstitucionalidad del Estatuto Tributario, según lo demandado recientemente por un grupo de destacados economistas y abogados. De manera acertada, la Corte Constitucional decidió inadmitir esa demanda. Entre los múltiples argumentos de la Corte, llamamos la atención sobre aquel referente a que este tipo de debates debe darse dentro de la institucionalidad, a través del Congreso de la República, con el debate político y democrático que allí se genera. No olvidemos que nuestros pilares democráticos descansan sobre la separación de poderes y, por tanto, el Legislativo es el que deberá promover un debate amplio y libre de cualquier sesgo que nos lleve a la construcción de un Sistema Tributario que se enfoque en lograr mayor recaudo, equidad y eficiencia. Allí está la posibilidad de seguir reduciendo la pobreza y avanzar en la búsqueda de mayor equidad.