Hace un año que Assi Moosh, uno de los más poderosos habitantes de las playas del corregimiento samario de Taganga (Magdalena), fue detenido por las autoridades colombianas y expulsado del país, luego de que se le acusara de ser un operador de planes turísticos que involucraban sol, playa, rumba, alcohol, droga y, especialmente, sexo a costa de la explotación de niñas y jóvenes de la región.
El israelí,que procuraba tener todos sus documentos en regla y que religiosamente pagaba sus impuestos,tenia en el hotel Casa Benjamín la fachada perfecta para ofrecer a compatriotas suyos,que recién salían de su servicio militar obligatorio de tres años,hospedaje económico al que sumaba paquetes que incluían fiestas descontroladas que duraban varios días,así como el suministro de droga y mujeres, muchas de ellas menores de edad.
Pese a los meses que Moosh ha permanecido fuera del país,su organización se mantuvo activa, pero este fin de semana recibió un duro golpe luego de un operativo adelantado por la Fiscalía y la Policía,que dejó detenidos a seis israelíes y dos colombianos,y que dejo al descubierto una operación que además de Taganga incluía sedes en Cartagena, Medellín y Bogotá.
https://youtu.be/hV9j_HAgd20
Ocho de los miembros restantes de esa estructura, también israelíes, tienen orden de captura internacional emitida por Interpol, mientras tres inmuebles en posesión de la organización y por valor de 60.000 millones de pesos (Casa Benjamín en Santa Marta,Casa Medellín en esa misma ciudad y Casa Golán en Cartagena) fueron ocupados con fines de extinción de dominio y quedarán a disposición de la SAE.
Los capturados,entre los que aparece un cabecilla que responde al nombre de Mor Zohar,ademas de un policía que entregaba información privilegiada de los operativos,serán presentados ante un juez de Medellín y deberán hacer frente a los delitos de homicidio agravado,concierto para delinquir agravado,enriquecimiento ilícito, inducción a la prostitución, proxenetismo con menor de edad, estímulo a la prostitución de menores,turismo sexual,lavado de activos y tráfico,fabricación y porte de estupefacientes.
https://youtu.be/0ftKZ3oj7SU
Pequeño Israel
El otrora tranquilo corregimiento de Taganga cambió súbitamente en 2009 con la llegada de Moosh,un antiguo soldado de pasado oscuro y que ya había tenido problemas con la justicia de varios países por los delitos de narcotráfico,lavado de dinero y trata de personas.Los excesos,las bacanales y los desmanes cambiaron el ambiente del lugar al punto que él y varios de sus compatriotas tomaron el control territorial del lugar, que empezó a ser llamado el Pequeño Israel.
“Ellos se la pasaban armados y en las camionetas, y decidían hasta dónde se podían hacer o no los vendedores ambulantes. Eran agresivos y peligrosos y la gente del común les cogió miedo”,contó a fines de 2017 a SEMANA uno de sus habitantes, que por temor pidió omitir su nombre.
https://youtu.be/VafAk6QyzvI
Moosh,pese a que tenía a las autoridades «respirándole en la nuca» (aunque todo mundo lo veia,las autoridades no lo podían encontrar), por cuenta de las denuncias de la población y de las autoridades locales, siempre logró evadir sus acciones.Finalmente cayó en las oficinas de Migración Colombia cuando pretendía adelantar un trámite migratorio.El momento fue cuidadosamente elegido para poder detenerlo sin la presencia de su pequeño ejercito privado.
A mediados de 2018 la entonces secretaria de Seguridad de Santa Marta, Priscilla Zúñiga,negó a esta publicación la dimensión de estas historias y manifestó que todo era calma en el corregimiento.Aún así, los lugareños temían nombrar a Moosh pese a que llevaba meses fuera del país. Las razones saltan hoy a la vista.
https://youtu.be/rKlLOWHAfLI
Rumbas electrónicas sin fin sexo y drogas organizadas por los israelíes
Pesquisas
Un trabajo de seguimiento de dos años permitió a la Fiscalía constatar el andamiaje ilegal de esta estructura de proxenetismo.Fueron recibidos 21 testimonios de víctimas y realizadas 45 actividades de campo,algo más de 20 inspecciones judiciales,búsquedas selectivas en bases de datos y controles técnicos a las comunicaciones de los ciudadanos israelíes,entre otro centenar de técnicas avaladas judicialmente.
La investigación que permitió detectar lo que la Fiscalía llamó en un “aberrante forma de esclavitud de niñas y adolescentes” comenzó el 15 de junio de 2016, cuando fue asesinado en el barrio Simón Bolivar de Medellín el israelí Shay Azran.
Primeras versiones indicaron que el crimen fue ordenado por otro israelí y estuvo relacionado con diferencias económicas por la venta de algunos apartamentos en la ciudad.La Fiscalía y la Dijin establecieron que el presunto determinador del asesinato era Moosh.
Las pesquisas también hallaron que el máximo cabecilla de esta red es Benyamin Moosh, quien ingresó esporádicamente a Colombia para supervisar el negocio ilícito y recibir cuentas de sus socios, Assi Moosh, Itay Senior y Mor Zohar, y que habría replicado su esquema en otros países de Centroamérica y Suramérica. Interpol lo declaró objetivo de alto valor.
Una pequeña Rezeña