revolución de las organizaciones
Al asumir como Vicepresidente de Innovación de la tecnológica Red5G, Gabriel Alzate, ejecutivo de alto desempeño en el grupo Sura y con más de 20 años de experiencia en estrategia digital, planteó que la transformación digital, un proceso que se aceleró con la pandemia, no es una moda. Por el contrario, aseguró, “es la nueva y más profunda revolución de las organizaciones”.
Y agregó que la combinación de factores como el covid-19, la crisis económica que este derivó, la turbulencia en la que se mueve hoy el mundo de los negocios y el profundo cambio en los hábitos del consumidor, obligan a que las empresas se adapten. “Por decirlo de alguna manera, la pandemia desnudó las debilidades de las compañías y puso en el mapa variables que nunca antes se habían considerado.
Así las cosas, explicó Alzate, “la tecnología debe ser un habilitador y la cultura empresarial una parte estructural, como un nuevo chip que debe incorporarse al quehacer, una mentalidad y una manera ágil de trabajar”.
Subraya que antes una compañía se podía dar el lujo de demorarse en la solución de las necesidades de sus clientes y no pasaba nada. Pero, advierte, hoy los emprendimientos nacen y se desarrollan, literalmente, a la velocidad del pensamiento.
Y si bien se necesitan roles técnicos, ingenieros y códigos, lo que más se necesita es conocimiento. Incluso, apunta el experto, no solo es conocer sino entender para aplicar la tecnología de la mejor manera. “Estamos ante la inmensa necesidad de una alfabetización digital, es decir, que son y cómo se aplican las herramientas tecnológicas y cuál es el resultado que se va a obtener.
De hecho, Alzate llega a Red5G para acompañar desde la Vicepresidencia de Innovación a los clientes en la ejecución de proyectos disruptivos y generación de valor para lograr la diferenciación que se necesita en el mercado.
El ejecutivo considera que en toda esta revolución organizacional que generó la pandemia, el recurso humano y la forma de trabajar serán fundamentales para alcanzar el éxito. “Hoy no todo es en blanco y negro como se acostumbraba. El tráfico, el estrés citadino, las congestiones y las aglomeraciones, pudieran estar indicándonos que no aprendimos de la pandemia, y que el deseo de seguir apostando a la presencialidad, pudiera ser más una debilidad que una fortaleza. Se requieren formas de trabajo flexible y dejar la asistencia a la oficina solo para aquellos procesos que demandan la creatividad en equipo y para las reuniones que así lo requieran.
En suma, concluye Gabriel Alzate, los desafíos de hoy consisten en entregar más valor y diferenciación al cliente. Entender que el consumidor ha empezado a cambiar. Hay que trascender hacia la experiencia del cliente, así como evolucionar hacia la multicanalidad y la omnicanalidad. El objetivo, ver y analizar al cliente en modo 360º.