Algunas empresas estadounidenses en China se quejan del aumento de los costos de producción y del control más estricto por parte de los reguladores chinos, según el diario South China Morning Post.
En ausencia de señales de alivio de la guerra comercial entre EEUU y China, los representantes del negocio norteamericano temen un mayor crecimiento de las tendencias nacionalistas en el comercio.
Según el medio, las aduanas chinas retienen cada vez más mercancías estadounidenses. Además, hay más burocracia para solucionar problemas administrativos. Algunas importaciones de alimentos estadounidenses se someten a unos estrictos controles en los aeropuertos, lo que conduce a su deterioro o regreso a EEUU.
Asimismo, las empresas estadounidenses están preocupadas por el hecho de que China haya comenzado a alentar a sus empresas a diversificar sus redes de suministros y evitar el comercio con EEUU. Se ha endurecido también el control de posibles violaciones de las normas de trabajo, publicidad, protección del medio ambiente y seguridad contra incendios que comprenden unas multas muy altas.
Según el experto del Instituto de economía global y relaciones internacionales, Alexandr Salitski, las medidas de China se determinan por la propia lógica de la guerra comercial.
«Desafortunadamente, China y Estados Unidos no han logrado resolver sus contradicciones ni negarse a endurecer las barreras arancelarias. Recientemente, la compañía china ZTE cayó bajo las sanciones estadounidenses y una fuerte presión. Todo esto provocó una respuesta», comentó el experto a Sputnik.
Según Salitski, las compañías estadounidenses que operan en China están muy vinculadas al mercado local.
«En busca de algunas respuestas que hagan simétrica la confrontación con Estados Unidos, los chinos van a recurrir a este tipo de control del negocio extranjero».
El analista opina que algunas compañías estadounidenses, que operan en el mercado chino, intentarán adaptarse a las nuevas realidades, mientras que otras se retirarán de China a otros países e incluso a EEUU.
Al mismo tiempo, otros observadores señalan que es poco probable que las empresas estadounidenses renuncien al amplio mercado chino. Algunos pronostican que, a pesar de la incertidumbre causada por la escalada de las tensiones chino-estadounidenses en el comercio, las empresas estadounidenses continuarán expandiendo sus negocios en China dado el crecimiento de la economía china y de la clase media.
Mientras tanto, una serie de países del sudeste asiático muestran preocupaciones respecto a las consecuencias de la guerra comercial entre EEUU y China para sus economías. En primer lugar, se trata de Malasia, Singapur, Filipinas, Tailandia, Vietnam e Indonesia, cuyos desarrollos económicos tienen un mayor vínculo con el comercio chino.
La guerra comercial, no obstante, tiene ciertas ventajas para el negocio del sudeste asiático, opina el experto del Centro de la estrategia financiera de la Academia China de Ciencias Sociales, Zhang Ning, en diálogo con Sputnik.
«Por supuesto, la situación afecta el comercio de importación y exportación entre China y EEUU, pero hace que los intercambios comerciales y económicos entre China y los países del sudeste asiático sean más estrechos».
Según Zhang Ning, los países de la ASEAN solo pueden temer que les afecte la política del proteccionismo comercial. Pero la escalada de la guerra comercial chino-estadounidense es «objetivamente beneficiosa para los países del sudeste asiático».
El experto señala también que el Gobierno chino no hará concesiones ante las demandas irrazonables de Estados Unidos. El enfoque estadounidense solo causa un gran daño a los intereses de ambas partes.
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