Señalan que el programa de renovación de cafetales debe mantenerse ahora más que nunca. Se seguirá trabajando en la reducción de costos y buscando alternativas para la recolección, y se redoblarán esfuerzos en los programas de cafés especiales y de alta calidad, que se traducen en mejores precios para los productores y los blindan de los vaivenes del precio internacional.
«No se puede seguir permitiendo que sean actores ajenos a la industria como los fondos de inversión quienes, en un desaforado afán de lucro, determinen el precio de un producto básico tan importante del cual derivan su sustento 25 millones de familias productoras en el mundo”, dicen los cafeteros en un comunicado de prensa.
Para analizar esta situación de crisis de la caficultura, el presidente del Comité Directivo de la Federación Nacional de Cafeteros, Camilo Restrepo Osorio, anunció para la próxima semana un Comité Nacional de Cafeteros urgente con la presencia de los delegados de los Comités Departamentales y los ministros de Hacienda, Alberto Carrasquilla, de Agricultura, Andrés Valencia, de Comercio, José Manuel Restrepo y la directora de Planeación Nacional, Gloria Amparo Alonso.
En este comité de urgencia se espera analixar la posibilidad de un Fondo de Estabilización de Precios, la alternativa de un programa de apoyo directo al precio y un programa de retención de café.
Con el ministro de Agricultura los cafeteros esperan conseguir alivio para las deudas de los productores, continuar con apoyos para renovación de cafetales y buscar ayudas con el tema de fertilizantes.
Durante la reunión de la Organización Internacional del Café (OIC) en septiembre, el presidente de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez, y los representantes cafeteros que asistirán aprovecharán este escenario para poner en evidencia una vez más la indolencia de la industria hacia los productores de café.
Vélez recordó que como consecuencia de la caída del precio interno del café, para 2018 se estima que el valor de la cosecha cafetera sea $1,5 billonesmenos que el valor registrado en 2017 de $7,5 billones, lo cual tendrá un impacto económico negativo en las regiones cafeteras y para el país en su conjunto.
El Espectador