«Rusia continúa demandando estar involucrada en la investigación independiente del Reino Unido y, como he dicho antes, esto es un como si un pirómano convertido en bombero quisiera investigar su propio fuego», ha dicho Karen Pierce embajadora británica en el organismo. Su homólogo ruso, Vasily Nebenzia, aseguraba que «cuando escucho a algunos de mis colegas, tengo la impresión de que esto ya no es ‘Alicia en el país de las maravillas’. Esto es ‘Alicia más allá del espejo’. La verdad no les interesa a nuestros colegas occidentales». El cruce de declaraciones se produjo el mismo en el que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas rechazó las acusaciones del Kremlin, que sostuvo que un laboratorio suizo había encontrado otro compuesto que no fuera el Novichok, de origen ruso, en el envenenamiento de los Skripal.
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Piers Robinson prestigioso académico The University of Sheffield, hace sonar las alarmas en el caso Skripal
El Gobierno de Theresa May ha perdido credibilidad en la crisis abierta con Moscú ante la admisión oficial de que los científicos británicos no han podido identificar la procedencia del agente nervioso que envenenó al expía Serguéi Skripal y su hija Yulia en Salisbury, según advierte a Sputnik el académico Piers Robinson.
“Está causando dificultades al Gobierno porque hay mucho más escepticismo que cuando la primera ministra hizo la declaración acusando a Rusia”, afirma el profesor de la Universidad de Sheffield.
Robinson forma parte de un grupo de trabajo que está compilando y analizando información sobre el llamado agente “novichock”, que el laboratorio militar británico de Porton Down ha identificado como la sustancia que se empleó contra los Skripal el pasado 4 de marzo.
“Obviamente se ha complicado la campaña pública del Gobierno británico”, dice en relación a la declaración del director del laboratorio, Gary Aitkenhead, que arrohja serias dudas sobre la versión gubernamental.
El ministro de Exteriores, Boris Johnson, está en el centro del descrédito tras haber asegurado en una entrevista televisada que científicos de Porton Down le dijeron “categóricamente” y “sin ninguna duda” que el gas nervioso procedió de Rusia.
“La gente está cuestionando si Boris Johnson mintió, si se confundió, si manipuló los datos… porque el nivel de certeza que exhibió el Gobierno al acusar a Rusia no se justifica con las pruebas que tenemos”, denuncia el experto en armas químicas.
ElpaisCr