El cromosoma Y es el símbolo de la masculinidad y el que marca la diferencia entre los machos y las hembras en los mamíferos. No obstante, recientes investigaciones pusieron de relieve que este material genético ha venido reduciéndose de manera sistemática y puede que desaparezca por completo en el futuro. Entonces, ¿qué será de los hombres?
El genoma humano está compuesto por 23 pares de cromosomas, la mitad de los cuales los recibimos de nuestra madre y la otra de nuestro padre. La última pareja es la que define nuestro sexo y está compuesta por dos cromosomas X en las mujeres (XX), y un X y un Y en los varones (XY). Pero si bien los 22 cromosomas no sexuales —llamados autosómicos— muestran el mismo tamaño en hombres y mujeres, el cromosoma sexual masculino Y es mucho más pequeño que su pareja femenina X.
«El cromosoma X lleva unos 1.600 genes con funciones variadas, pero el cromosoma Y tiene pocos genes, tal vez solo unos 50», explica la genetista Jenny Graves.
No obstante, esto no siempre fue así. Investigaciones realizadas en las últimas décadas indican que hace 166 millones de años el cromosoma masculino mostraba un tamaño igual o similar a su par femenino. Sin embargo, desde entonces ha venido perdiendo unos 10 genes cada millón de años.
Esto se debe principalmente a un ‘defecto’ fundamental del cromosoma masculino. A diferencia de los otros cromosomas, que están presentes en cada una de nuestras células en dos ejemplares, el cromosoma Y solo está presente en hombres y en un único ejemplar. Esto significa que los genes en el cromosoma masculino no tienen pareja para someterse a la recombinación genética y así poder ‘reparar’ sus mutaciones perjudiciales.
A largo plazo esto significa que el cromosoma Y ha venido eventualmente degenerándose, perdiendo información genética que no ha tenido manera de recuperar.
Esta tendencia ha dado paso a que cunda la preocupación entre los expertos, que apuntan a que en unos 4,5 millones de años el cromosoma Y podría llegar a desaparecer por completo. En 2003, el profesor de Genética Bryan Sykes expresó esta preocupación en su libro ‘La maldición de Adán: un futuro sin hombres’, en el que dedujo que cerca del 99% de los hombres del futuro serán estériles.
Pero, ¿qué tan apocalíptica es esta predicción?
En un estudio publicado recientemente en PLOS Genetics, un grupo de investigadores daneses afirma haber descubierto que el cromosoma Y humano ha hallado una peculiar manera de realizar ‘copias de seguridad’ de su información genética. Para ello secuenciaron partes del cromosoma masculino de 62 hombres.
El estudio demostró que este cromosoma ha desarrollado unas estructuras inusuales a las que llamaron palíndromos, es decir, secuencias de ADN que se leen igual de adelante hacia atrás que de atrás hacia adelante, como la frase ‘luz azul’. Básicamente este es un proceso que permite reparar los genes defectuosos utilizando una ‘copia de seguridad’ no dañada como plantilla.
Según los especialistas, esto evidencia que el cromosoma Y ha logrado como mínimo frenar su degradación y podría incluso llegar a evitarla por completo.
En cualquier caso, los científicos aún no se han puesto de acuerdo sobre las consecuencias de la hipotética desaparición de este cromosoma entre los humanos. Al fin y al cabo, a diferencia de los otros cromosomas, el Y no es nada imprescindible para la vida. Las mujeres viven muy bien sin él. Además, fuera de la clase biológica de los mamíferos existen especies que viven y se reproducen exitosamente sin el cromosoma Y. Este es el caso de algunos insectos, entre los cuales el sexo viene determinado únicamente por el número de copias del cromosoma X: las hembras son diploides (XX), mientras que los machos son haploides (X).
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