La OTAN se comprometió en 2014 a que todos los miembros gastarían al menos un 2% de su PIB (Producto Interno Bruto) en Defensa. Sólo cinco países lo hacen.
La OTAN advierte a Donald Trump de que «ir en solitario no es una opción»
Una cuestión de dinero. En los últimos 12 meses, el entonces candidato y ahora presidente de EEUU, Donald Trump, ha arremetido una y otra vez contra la OTAN y contra los países europeos por considerar que llevan años abusando de la paciencia, el dinero y los esfuerzos militares norteamericanos. Denuncia que gastan demasiado poco en Defensa y sus críticas han generado una profunda inquietud en Europa, que depende, al menos por ahora, de las capacidades, inversiones y tropas estadounidenses.
Los de Trump han sido ataques de todo tipo: políticos, éticos, estratégicos y económicos. Y la OTAN, todavía asustada tras las elecciones del pasado 20 de noviembre, ha optado por una estrategia muy sencilla: cerrar filas, no devolver los ataques y centrar sus esfuerzos en la parte menos subjetiva de todo el proceso: el dinero. El miércoles y el jueves se reúnen en Bruselas los ministros de Defensa de la Alianza, una de sus citas regulares, apenas unos días antes de que el vicepresidente norteamericano, Mike Pence, visite la ciudad. Este año, el 25 de mayo, hay Cumbre de la OTAN y la organización, poco amante de las sorpresas y la improvisación, quiere encarrilar las relaciones cuanto antes y dejarlo todo cerrar.
Por eso el secretario general, Jens Stoltenberg, ha hecho un claro guiño y un gesto de acercamiento a Washingtonal arrancar su comparecencia previa ante los medios destacando que «la OTAN se fundó sobre el vínculo entre Norteamérica y Europa y en los buenos y los malos tiempos ese vínculo ha sido irrompible. Estamos juntos, nos defendemos unos a otros y eso es bueno para todos». Los ministros tratarán esta semana de «reconfirmar la importancia del vínculo transatlántico», según el noruego. Y la mejor forma de hacerlo es ponerse de acuerdo en lo que más los separa: el dinero. «Estoy de acuerdo con el presidente Trump, es mi principal prioridad».
LA OTAN se comprometió en 2014 a que todos los miembros gastarían al menosun 2% de su PIB en Defensa, pero según los últimos datos, sólo cinco países lo hacen. EEUU (3,61%), Grecia (2,38%), Reino Unido (2,21%, aunque hay un debate feroz estos días sobre la cifra el real), Estonia (2,16%) y Polonia (2%). El resto están lejos o lejísimos del objetivo. España, por ejemplo, dedica un 0,91%, el que menos detrás de Bélgica y Luxemburgo. De hecho, en su conversación con Mariano Rajoy la semana pasada, Trump pidió específicamente a España que invirtiera más para «un reparto justo de la carga» económica que supone la OTAN, algo que el Ejecutivo prefirió no mencionaren su detallada nota sobre la llamada telefónica.
Consciente de lo insostenible de la posición, Soltenberg ha querido sin embargo incidir en un punto clave: «después de muchos años de recortes en los gastos de Defensa, hemos dado un giro. Hoy, puedo presentar datos actualizados de 2016. En términos reales, el gasto se ha incrementado un 3,8% en los aliados europeos y Canadá. Esto es significativamente más de lo que estaba previsto originalmente pero supone unos 10.000 millones de dólares más».
Lo necesario para cumplir lo que exige Trump es muchísimo más, cantidades astronómicas que están fuera del tablero ahora mismo. Lo saben todos y lo imponen unas economías en débil recuperación y unas normas europeas restrictivas en cuanto a los límites de déficit público, pero el mensaje tiene que ser forzosamente que esfuerzos adicionales son imperativos.Washington siempre ha reclamado más, mucho más. Todos los presidentes interiores han pedido a los aliados una contribución superior para su propia seguridad, pero los ataques de Trump y sus amenazas (dejando claro que no ve como precisamente vinculante la defensa de un miembro si es atacado) ha disparado las alarmas.
«La continua adaptación de la OTAN requiere que las responsabilidades sean comportarse de forma justa entre los aliados. Un reparto justo de la carga y un aumento en el gasto en Defensa refuerza la Alianza transatlántica, por lo que nuestro encuentro destacará la importancia de que el reparto sea equitativo«, ha insistido Stoltenerg. El ruego empieza a ser desesperado porque con un montón de amenazas en las puertas (desde Rusia al Estado Islámico)nadie en Europa se puede permitir una OTAN dividida, rota e incluso simplemente inoperativa).
El Mundo
Imagen EFE
