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Remembranza de aquel inolvidable encuentro boxístico entre Alí y Frazier.
1ro de Octubre 1975.
Por José Enrique Daza López.
Filósofo y Médico Federación Colombiana de Boxeo
[ La pelea ha empezado, son exactamente las 10:45 am, (hora de Manila) escuchándose la primera campana, el coliseo a reventar, el árbitro Carlos Padilla da el inicio del combate y empieza el intercambio de manos en una temperatura infernal que alcanzaría más de 40 grados centígrados; se estudian ambos boxeadores, reconociéndose mutuamente. Alí empieza a ganar los primeros asaltos, dándole duro y con severidad cada golpe a Frazier y éste retrocediendo frente al fuerte castigo proporcionado por parte del campeón pero también de manera alterna lanzaba sus puños lastimándolo en una distancia corta.
Alí empezaba a mostrar un poco de impaciencia ya que quería terminar por la vía rápida dicha contienda; al ver que eso no ocurría, empezó a lanzar improperios contra Frazier, pero éste último, hacía caso omiso a sus “chácharas” tomando un poco de control después del quinto asalto; sin embargo Alí seguía fanfarroneando como una medida indirecta y estratégica, propia en él de aflojarle los ánimos a Frazier, para que éste lanzara con rabia todos los golpes posibles y de esa manera restarle acción a sus propósitos.
Llega así el round diez, y Frazier empieza a mostrar signos de fatiga y cansancio, y al notarlo Alí arremete contra Frazier de manera agresiva, cerrándole el ojo izquierdo, pasando así a los siguientes asaltos, y en el décimo tercero se evidencia un potente gancho de derecha de Alí hacia el rostro de Frazier, sacándole el protector bucal hacia las gradas donde el público observaba detenidamente. Frazier con todo y eso no se da por vencido y seguía atacando, pero tenía ya edema periparpebral en ambos ojos y su mandíbula edematizada; y Alí con todos los golpes lanzados y recibidos se le podía notar su extremo cansancio, el desaliento y el enorme deseo de querer derrumbarse y no seguir el combate.
En el round número 14 ambos boxeadores estaban en sus respectivas esquinas, atendiéndose cada uno con sus asistentes; de manera simultánea se podría apreciar el agotamiento de ambos púgiles. En la esquina de Frazier, su entrenador Eddie Futch oía que éste le decía “me voy con todo en este último round”, y Futch le dijo que detendría la pelea, que no quería mayores consecuencias para él porque podría lamentarlo en el futuro. Sin embargo Frazier le refutaba, que no, y que quería seguir hasta el final; Futch eleva su mano izquierda señalándole 4 dedos y le pregunta a Frazier: “dime cuántos dedos ves?” Éste le dice que 2. Casi de inmediato Futch le responde: “Muy bien, ya no vas más Joe, el mundo entero nunca va a olvidar lo que hoy has hecho aquí”.
En la otra esquina, y en medio del minuto de descanso, Alí le imploraba a Angelo Dundee que le cortara sus guantes, ya que no soportaba el intenso dolor físico que le había ocasionado hasta ese momento la pelea. Ferdie Pacheco, quien fuese su médico y cornerman por muchos años, observaba la súplica de Alí, pero Dundee le decía que mantuviera la calma, que diera un poco más y que saliera al último round y lo bailara. Pero en ese momento y de manera sorpresiva, Eddie Futch le informa al árbitro Padilla que Frazier se retiraba de la pelea.
Tiempo después en una entrevista, Alí manifestó en ese combate sostenido con Frazier lo siguiente: “Es lo más cercano que he estado a la muerte”. Y agregó también: “Si Alá me encomienda que dirija una guerra contra los enemigos, le pediré que ponga a mi lado a Joe”.