Aja y qué! Cógela suave, que estás en el mejor vividero del mundo.

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Barranquilla es  brisa, es río, es mar, es carnaval, es Junior…

En Barranquilla podemos disfrutar de una ‘Cazuela de mariscos’ mientras  se reciben caricias de la brisa del Río Grande de La Magdalena. En la ciudad  se puede admirar bellas flores y luego avanzar contemplando el vuelo de exóticas aves, para llegar y comprobar lo que plasmó la poetisa Amira De la Rosa cuando le compuso el himno, como el río se solaza con el mar penetrando en su lecho como si fueran cuchilladas. Ese encuentro del río con el mar refleja sin que se lo proponga, el carácter fuerte del barranquillero, su pasión, alegría y calor humano; gente emprendedora, innovadora  y trabajadora.

La ciudad fue fundada por inmigrantes emprendedores que vinieron con el ánimo de alcanzar sus sueños y mejorar sus vidas; personas que encontraron  La Tierra Prometida, en la bien llamada, “Puerta de Oro de Colombia”, ciudad que hace sentir en casa a todo el que llega.  Por Barranquilla entraron importantes avances que marcaron la historia de nuestro país, como la radiodifusión, la aviación y el fútbol, gracias a su plenitud de intercambio, oportunidades y gente de mentalidad abierta.

El barranquillero es dicharachero por excelencia, trabajador desde el alba hasta el anochecer, aunque seguido de una sonrisa te diga: Cógela suave… Expresión que no significa quédate sentado, sino más bien, sonríele a la vida y vamos a continuar con nuestra labor, pero sonriente, descomplicado, sincero y servicial.

En estos doscientos tres años, “La Arenosa”,  ha parido personajes para mostrar al mundo, como Esthercita Forero y Shakira, quienes con sus cantos y composiciones han representado dignamente al país; deportistas como Edgard Rentería, fabuloso pelotero que nos puso a vivir lo que hasta entonces era un sueño para los colombianos, ganar una Serie Mundial de béisbol y además ser figura preponderante en su equipo.  Figuras como Sofía Vergara y una diseñadora de talla mundial como Silvia Tcherassi. Además, para corroborar el empuje de nuestra gente, la barranquillera Paulina Vega logra  la corona de Miss Universo para el disfrute de nuestra tierra.  Esta currambera rompe con el tabú del “casi casi” que significaron los virreinatos, para convertirse en la más bella del planeta.

Aquí podría escribir miles de nombres de las personalidades de las que nos sentimos orgullosos y ésto, en todas las profesiones,  pero si me pongo a enumerarlas me llevo todo el blog.  Mejor dicho: el que quiera más que le piquen caña.

En resumen, hablar de Barranquilla y de  los barranquilleros, muy al contrario de lo que piensan muchos,  es trabajar duro,  bien hecho, pero con calidad de vida y  calor humano.  Ese es nuestro sello, fruto de ese encuentro del río con el mar que refleja nuestro carácter y carisma.

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