Louis Vuitton puso este martes en París el broche dorado a una de las Semanas de la Moda más inusuales y solitarias de su historia y estrenó el remodelado edificio de La Samaritaine con un desfile en el que apostó por una estética masculina, ochentera y con toques futuristas.

La marca, liderada por el diseñador francés Nicolas Ghesquière, uno de los niños bonitos de la moda nacional, pudo celebrar uno de esos espectaculares desfiles donde no solo cuentan las tendencias sobre la pasarela, sino el escenario que las rodearodea
EFE