Solemos oír con bastante frecuencia en la consulta quejas de los padres sobre la falta de comunicación, de diálogo con sus hijos, muchas veces no saben cómo fomentar el uso de la palabra en familia y asumen que tienen esta batalla perdida.
Esta cuestión tiene una importancia fundamental ya que si existen unos canales abiertos para el intercambio de ideas, opiniones, afectos y sentimientos, es más probable que se puedan resolver algunos problemas que vayan surgiendo, o directamente éstos no tendrán cabida.
La comunicación en familia nos sirve para establecer contacto con los otros miembros, para dar o recibir información, para expresar o comprender lo que pensamos, para trasmitir nuestros sentimientos etc.
Crear este clima de diálogo y apertura en familia, no es una tarea fácil, hay que ayudar a los hijos con prácticas, es decir, es conveniente que los padres introduzcan mecanismos que faciliten la comunicación.
¿Qué pueden hacer para abrir ese espacio comunicativo?
- Crear un clima emocional que facilite el diálogo íntimo
- Saber esperar el momento idóneo para hablar o mejor, escuchar
- Pedir la opinión de sus hijos
- Expresar y compartir sentimientos
- Ser claros a la hora de pedir algo
- Escuchar con atención e interés
- Dar mensajes consistentes y no contradictorios
- Empatizar con nuestros hijos, validando sus emociones aunque no estemos de acuerdo con ellos
- Intentar tener presente la regla de que “todo lo que se dice, se cumple”
- Observar cómo nos comunicamos con nuestros hijos
¿Cuáles son los obstáculos que impiden la comunicación?
- Generalizar: siempre estás molestando a tu hermano, nunca obedeces. Esta afirmación es falsa ya que seguro ha habido alguna ocasión, o varias, en las que no ha actuado así.
- No saber escuchar para comprender, pensar en la respuesta que les vamos a dar, no pedir aclaraciones.
- Establecimiento de etiquetas y de profecías que conducen a un incremento de la hostilidad en las interacciones, eres un vago, todo tirado, no vas a cambiar nunca. Es preciso describir el comportamiento sin realizar etiquetados globales y a continuación realizar la petición, he visto que has dejado la ropa tirada en la cama, cuando tengas un momento quiero que la recojas.
- Atender al lugar y el momento que elegimos. Si nuestro hijo está viendo su serie favorita, es necesario que podamos esperar a otro momento si queremos hablar con él y preferiblemente en una espacio tranquilo, sin distracciones y a solas.
- Preguntas plagadas de reproches, ¿es que no viste que tu padre estaba descargando solo las cajas?, ¿por qué no te esforzaste más para ese examen?…
- El abuso de los: tú deberías, en vez de los: qué te parece si…
- Cortes en la conversación porque se presta más atención a lo que queremos decir, que a escuchar al otro: no, pero yo lo que te digo es…, porque a mí me parece que…
Los animo a ponerlo en práctica, posiblemente la comunicación mejore y se sientan más vinculados con vuestros hijos.