
Las tropas iraquíes se apoderaron este martes de los dos principales campos petroleros de la ciudad de Kirkuk, tras la retirada de las fuerzas kurdas, destruyendo así la perspectiva de independencia de la región autónoma, con la economía paralizada.
Desde el inicio de la operación hace dos días, unos convoyes blindados iraquíes avanzan para imponer la autoridad del poder central en la rica provincia de Kirkuk (que no forma parte del Kurdistán iraquí) donde los peshmergas, combatientes kurdos, se habían instalado desde 2014, aprovechando la desbandada del ejército tras la ofensiva en Irak del grupo yihadistas Estados Islámico (EI).
Por la mañana, unos miembros de las fuerzas iraquíes retiraban las banderas kurdas, colocadas en los edificios y puestos de control de los campos de Bay Hassan y Havana, para sustituirlas por las banderas iraquíes, constató un fotógrafo de la AFP.
Para el coronel Ahmed Modhi, de la policía federal, el hecho de que las fuerzas iraquíes retomen el control de los campos petroleros es totalmente lógico. «Es una riqueza nacional, pertenece a Irak, igual que las riquezas naturales del conjunto de las regiones del país», dijo a la AFP.
Bay Hassan y Havana, cuyas operaciones de extracción están interrumpidas desde el lunes, producen cerca de 250.000 barriles al día, todos exportados por la región autónoma del Kurdistán, en contra del poder central de Bagdad.
Este quiere retomar a la región autónoma, en plena crisis financiera, unos recursos que pertenecen a las autoridades centrales según la Constitución.
– «Fin del sueño de independencia» –

«Con la pérdida de estos campos, la cartera kurda se divide en dos», afirma el geógrafo francés Cyril Roussel. Pero más allá de la cuestión económica, «es el fin de la autonomía económica del Kurdistán y del sueño de independencia», estima.
«Fue solo después de anexar en julio de 2014 los dos yacimientos de Kirkuk cuando el presidente kurdo, Masud Barzani, comenzó a hablar de independencia, antes solo hablaba de autonomía», recuerda este especialista del Kurdistán iraquí.
Las tropas iraquíes controlan actualmente tres de los seis yacimientos de la provincia de Kirkuk, sede la compañía nacional (North Oil Company) y de numerosas infraestructuras petroleras y de gas.
Este progreso marca un giro en la operación lanzada por Bagdad, que el lunes también proclamó varias victorias simbólicas, tres semanas después del polémico referéndum de independencia, cuyo instigador, Masud Barzani, es duramente criticado incluso en su propio bando.
Al izar la bandera iraquí y arriar la bandera kurda delante de la gobernación de Kirkuk, Bagdad quiere dejar claro su regreso al poder frente a los kurdos.
Tras este avance rápido y casi sin violencia, las fuerzas gubernamentales siguen progresando para imponer su autoridad en otras zonas disputadas.
– Después de Kirkuk, Sinjar y Diyala –

A varios cientos de kilómetros de Kirkuk, cerca de la frontera con Siria, las fuerzas iraquíes tomaron el control de la ciudad de Sinjar (noroeste), bastión de la minoría yazidí, perseguida por los yihadistas del EI.
Ahí también los peshmergas se retiraron «sin violencia».
En la provincia de Diyala, al este de Bagdad, les tropas gubernamentales «entraron en Jalawla e izaron la bandera iraquí en el ayuntamiento», indicó a la AFP el responsable de seguridad local, Sadeq al Husseini.
«Los peshmergas se retiraron de todas sus posiciones en cuatro sectores, entre ellos Jalawla y Khanaqin, y regresaron a las posiciones que tenían antes de 2014», añadió.
AFP