Por: Luz Mila Torres
Heimy Sandoval Barranco hará historia, se convierte en la primera mujer barranquillera en ser juez en unos Juegos Olímpicos y será la única que por Colombia y Suramérica estará impartiendo justicia como árbitro de natación en París 2024.
Cuando empezó a capacitarse, en su grupo no había mujeres. Se formó con hombres y comenzó a arbitrar a hombres. A veces le preguntaban (los motivos para ser jueza) porque querían saber y comentar la decisión.
“Acá en Barranquilla había en la liga de natación del Atlántico más hombres que mujeres, solo éramos dos. Nos empezamos a capacitar en varios torneos nacionales a donde íbamos. Y a medida que me fui capacitando me fueron rotando en otras posiciones, porque tenemos que pasar por todas las posiciones que tiene una competencia: juez de nado, juez de vuelta, juez de llegada, juez de salida, hasta llegar a la de árbitro”. Y cuando a uno lo colocan para ser árbitro es porque lo ha hecho bien”.
Ella, de hablar y sonrisa pausada, fue creciendo con perfil bajo, pero pensando en el alto nivel empezó a romper barreras y estereotipos de género en el juzgamiento deportivo en una disciplina como la natación en donde solo se encontraban hombres imponiendo orden en las piletas. Con perseverancia y disciplina se convirtió en juez FINA (Federación Internacional de Natación) denominada así hasta el año 2022 y hoy se le conoce como World Acuatics, encargada de regular las normas de la natación competitiva a nivel mundial, y juez árbitro de la Panam Acuatics. Ser árbitro internacional de la World Acuatics, equivale a ser árbitro FIFA en fútbol.
Cuando empezó a capacitarse, en su grupo no había mujeres. Se formó con hombres y comenzó a arbitrar a hombres. A veces le preguntaban (los motivos para ser jueza) porque querían saber y comentar la decisión.
“Acá en Barranquilla había en la liga de natación del Atlántico más hombres que mujeres, solo éramos dos. Nos empezamos a capacitar en varios torneos nacionales a donde íbamos. Y a medida que me fui capacitando me fueron rotando en otras posiciones, porque tenemos que pasar por todas las posiciones que tiene una competencia: juez de nado, juez de vuelta, juez de llegada, juez de salida, hasta llegar a la de árbitro”. Y cuando a uno lo colocan para ser árbitro es porque lo ha hecho bien”.
Por mucho tiempo descriminadas sistemáticamente pero con la evolución de la igualdad de género en el deporte, el tema de impartir justicia no ha sido la excepción de la regla. Por eso es normal ver hoy en día en los escenarios deportivos de fútbol, por ejemplo, a mujeres árbitros, en donde, sin embargo, se enfrentan aún a numerosas discriminaciones asentadas tanto en la ley como en la práctica.
En el deporte, el juez es quien imparte justicia con equilibrio, imparcialidad, hace respetar las reglas, y como en toda profesión, requiere de preparación, constancia y perseverancia
¿Cómo se inclinó por el arbitraje en natación?
“Incursioné en el juzgamiento en el año 1998 como cronometrista, hice mi servicio social obligatorio que me pidieron en el colegio donde estudié, el Instituto Peztalozzi, como alfabetizadora deportiva. Me interesó mucho la natación y me gustó el juzgamiento. Luego ocupé otras posiciones como juez de vuelta, oficial mayor y jefe de cronometrista”.
No es una figura nueva en las competencias mayores, lleva 25 años de ser juez en natación de carreras en la lista número 21 de World Acuatics.
Heimy no se embarcó en esta carrera para hacer historia, tampoco lo hizo pensando en derribar barreras, solo se enfocó en su trabajo y hacerlo bien. Sin embargo, lo cierto es que desde el año 2017 no ha parado de hacer historia. Estuvo en el mundial de natación en Budapest 2017 y se puede decir que como juez completará el ciclo olímpico colombiano como lo han hecho muchos atletas de su departamento y de su país: Juegos Bolivarianos en Santa Marta 2017,Valledupar 2022; Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018 y San Salvador 2022; Juegos Panamericanos 2015 en Toronto, Canadá y estará en los Juegos Olímpicos París 2024.
El deporte de alto rendimiento (incluye no solo atletas, también a entrenadores y jueces) es cruel y excluyente porque a unos Juegos Olímpicos, la competición más grande e importante del mundo, no clasifica cualquiera. Es cruel porque es grande el esfuerzo para alcanzar y mantener la capacidad a niveles excepcionales de desempeño y excluyente porque una determinada actividad deportiva implica la búsqueda constante de la excelencia y el logro de resultados sobresalientes por encima de los demás.
Así como un atleta de alto rendimiento en cualquier disciplina deportiva sueña con el Citius, Altius, Fortius (más alto, más rápido, más fuerte) en unos Juegos Olímpicos, los encargados de juzgar en cualquier deporte, también. Y Heimy tuvo su sueño olímpico.
“A medida que fui ascendiendo y conociendo más la modalidad;a medida que fui asistiendo a los campeonatos y adquiriendo más responsabilidad de ser árbitro y cuando cumplí el ciclo olímpico, casi dos veces, mi meta era ir a unas olimpiadas. Y cuando supe que eran en París, me enfoqué en que yo quería ir a esa olimpiada porque es un país que quería conocer, una cultura que he leído y me gusta. Me lo enfoqué, me lo enfoqué mentalmente y se me cumplió mi sueño”.
Así como la mujer deportista olímpica de Colombia, María Isabel Urrutia, Mariana Pajón, Caterine Ibarguen, medallistas de oro, aportaron con su participación en los Juegos Olímpicos, demostrando con resultados deportivos que fueron capaces de sobrepasar todos los obstáculos que se le presentaron, una mujer nacida en Barranquilla, Heimy Sandoval Barranco, también aportará impartiendo justicia en la consecución de sus metas deportivas (sus sueños olímpicos) y, con ello, transformando los estereotipos, convirtiéndose en un ejemplo a seguir.
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