Con un plan integral se mejorará la calidad de vida de más de 5.000 personas que viven alrededor de la actividad, impactando de manera positiva al conductor y a su familia, al bienestar animal, a la salud pública y a la movilidad.
El programa comenzará con 100 beneficiarios. Se espera que en 2024 rija la prohibición total de esta práctica.
Mauricio Rosales quiere mejorar su vida, la de su familia y la de Princesa, la yegua que lo ha acompañado hace más de 10 años como carromulero, oficio con el que ha recorrido casi toda la ciudad para ganar el sustento. El momento ha llegado: ellos hacen parte de los 100 primeros, en 2021, en acogerse a la nueva fase del Plan Integral de Sustitución de Vehículos de Tracción Animal (VTA), el programa que el Distrito pone en marcha para garantizar el bienestar tanto del ciudadano como del animal.
A los 36 años, Mauricio quiere ‘romper la cadena’ en la que ya lleva dos décadas, pues visiona a sus cuatro hijos —Kevin, Daniel, Michelle y Sebastián— aprovechando las oportunidades que no veía desde hace mucho tiempo en Barranquilla y que hoy la Alcaldía les ofrece.
Desde el barrio Evaristo Sourdís cuenta que sus jornadas de trabajo se inician a las 6:00 de la mañana y pueden extenderse hasta las 10:00 de la noche. Incluyen desde aseo, limpieza y alimentación para Princesa, hasta el recorrido por las rutas de los barrios Me Quejo, El Pueblo, La Manga y Por Fin, donde ofrece frutas y verduras.
Pero la llegada de la pandemia cambió esa dinámica, y con su esposa, la “administradora de la casa y de los negocios”, Celia Barrios, decidieron emprender una tienda de dulces desde su hogar. “Comenzó como un pequeño negocio que ha ido creciendo, y esperamos que con la inclusión en el programa de la Alcaldía sea mucho más organizada”, manifiesta, lleno de optimismo.
La visión del alcalde Jaime Pumarejo Heins es la de convertir a Barranquilla en una biodiverciudad, un objetivo que incluye el respeto por las especies que cohabitan en este ecosistema. Tanto el Centro de Bienestar Animal -cuya construcción fue adjudicada semanas atrás- como el Bosque Urbano de Miramar, así como un plan de arborización y la recuperación integral de la ciénaga de Mallorquín son componentes de la ciudad que se sueña para las próximas décadas.
Hoy, durante el retiro oficial de Princesa de las calles, Mauricio, su esposa y sus hijos reconocieron que es difícil despedirse de quien los acompañó por tantos años, pero reconocen que es momento de buscar mejores oportunidades para forjar el futuro de todos, reconociendo que la yegua quedó en buenas manos y con un óptimo cuidado.