Investigadores de la Universidad de Stanford (EE.UU.) descubren la causa por la que durante alrededor de 2.000 años había un promedio de tan solo un hombre por cada 17 mujeres.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford (California, EE.UU.) liderado por el profesor de sociología Tian Chen Zeng ha descubierto que hace 7.000 años los hombres estuvieron a punto de desaparecer debido a una alteración genética del cromosoma Y, según un artículo publicado el pasado viernes en la revista científica Nature Communications.
Según los científicos, a partir de la información observada en los continentes de África, Europa y Asia, alrededor del año 5.000 a.C. la diversidad genética del cromosoma Y —que corresponde al sexo masculino en la especie humana— colapsó, pasando a haber durante los siguientes 2.000 años tan solo un hombre por cada 17 mujeres. Ahora, gracias a la modelización informática, los investigadores han logrado esclarecer la causa de este misterioso fenómeno genético: las guerras entre clanes patrilineales.
El cuello de botella neolítico del cromosoma Y, nombre por el que se conoce este fenómeno descubierto en 2015, recibe este nombre porque solo afectó a los genes del cromosoma Y, es decir, a la población de sexo masculino, transmitiéndose de padres a hijos varones. Este hecho hizo que la población masculina capaz de reproducirse cayera drásticamente. Asimismo, la destrucción completa de ciertos clanes también contribuyó a acrecentar este factor.
Una causa social
Por otro lado, en el periodo que abarca los años 10.000-8.000 a.C. hubo una reestructuración social que hizo que los humanos se adaptaran una cultura más agraria con estructura patrilineal en las zonas estudiadas, al contrario de lo que sucedía en Asia, donde había sociedades de cazadores recolectores y pastores, que tendían a desplazarse más frecuentemente. «Los cambios culturales en la organización política y social, fenómenos que son exclusivos de los seres humanos, pueden extender su alcance a patrones de variación genética que aún no se han descubierto», afirman los investigadores en el documento publicado.
En consecuencia, la alteración de la diversidad genética se debió a una causa social y no ambiental. Los científicos demostraron que las guerras entre clanes patrilineales, donde las mujeres si podían cambiar de clanes pero los hombres permanecían siempre en el mismo grupo social, tuvieron un efecto notable en el cromosoma Y durante mucho tiempo, ya que limitaban su variación. Asimismo, gracias a las nuevas herramientas informáticas, descubrieron que, de haberse dado un desplazamiento de personas entre diferentes tribus por igual, independientemente del sexo de los individuos, no habría surgido este problema genético que podría haber terminado con la existencia de la población de sexo masculino.
RT