La situación de la campaña política rumbo a la presidencia del país, ha llegado a un punto tal, que personas que se suponía tenían una posición invariable con relación a algunos temas, gracias a lo polarizado de la campaña, han tenido un cambio diametralmente opuesto al concepto que tenían en épocas previas a la entrada en calor de esta campaña presidencial.

Esta mañana me sorprendió el concepto de personas de pensamientos liberales y respetuosa de los preceptos para una buena crianza de los hijos. Periodistas inteligentes que cayeron en la trampa de sepultar su pensamiento solo por defender una candidatura presidencial o mas bien, por atacar a una candidatura presidencial. ¡Por Dios!, exclamé al oír lo que decían comentaristas políticos de talla nacional.

Se trataba de un video donde aparece una madre azotando, con lo que parece ser un látigo, un cable o un fuete, en todo caso, la señora descargaba con fiereza sobre el joven y según decían, en ese momento yo no había visto el video, le gritaba que no tenía qué estar en una marcha de protesta.

Casi a mediodía cuando pude tener el video, me fui a un gimnasio, donde he escuchado a varios hablar de su posición política, me senté en la recepción, a la entrada y a medida que iban llegando les comentaba sobre el mentado video, a los que me decían que no estaban enterados, se los mostraba sin sonido, logré que lo vieran siete personas, a cada una de ellas, se los volvía a mostrar con sonido, fue ahí donde pude comprobar, que esta situación que vivimos en Colombia debido a la campaña política, tiene a la gente con la mente dividida y con reacciones primarias.

Las siete personas que vieron el video sin sonido, condenaron a la madre y hablaron de, violencia intrafamiliar, derechos humanos y otras cosas que descalificaban la acción que llevaba a cabo la madre azotando al hijo. Hablaron algunos de la tirada de la chancleta o los correazos de la mamá en tiempos pasados, pero no justificaban la fuetera.

Los mismos siete cuando vieron el video con sonido y se les explicó por qué la reacción de la señora madre, cuatro manifestaron que no había ninguna justificación para usar ese látigo, dos no dijeron nada y solo una señora manifestó que, si un hijo de ella seguía a un Satanás como Petro, era poco la fuetera que le dio la señora a su hijo en Bogotá.

No contra preguntamos, no comentamos nada frente a ellos, pero si sacamos algunas conclusiones mientras almorzábamos.

La primera conclusión fue con lo dicho por la señora que justificó el castigo, siendo que antes cuando no se había enterado del motivo, dijo que esa madre no tenía corazón. ¿Qué hubiera dicho si se le dice que la fuetera es porque perdió el semestre, le levantó la mano a la abuela o le saqueó la cuenta de banco en un cajero?.

También me he preguntado si los que aplauden la acción de la señora, son capaces de fuetear a un hijo suyo si lo encuentran en iguales circunstancias, no creo, entonces ahí sacan a relucir el tema de la violencia intrafamiliar. Lo peor que escuché en la emisora donde me enteré del video viral, es que descalificaban a los que no estaban de acuerdo con frases sueltas y destempladas como.

“Vas a llevar a la mamá en el ICBF”, “demándala pues”. No, era vergonzoso saber que solo justificaban porque se trataba de descalificar a un candidato al que consideran que los oyentes van a relacionar con las protestas.

Esta polarización está tan grave, que de aplaudir a esta señora a mirar para otro lado si una turba golpea a un amigo solo por no ser de mi grupo político hay menos distancia que la que tienen los candidatos en las encuestas.

En una situación de estas, hay que mirar primero cual ha sido la crianza, la educación que el muchacho ha recibido en casa para que tome buenas decisiones. Muchas veces nos encontramos con padres que le “guapean” a todo el mundo en el barrio, lo que reflejan los hijos que al final terminan no respetándolos a ellos. No podemos afirmar que este sea el caso de esta familia. De todas maneras, no podemos castigar de esa manera, sin revisar como hemos edificado las vidas de nuestros hijos.

Por Dios, no cambiemos nuestros pensamientos y nuestra concepción de vida, solo por una campaña electoral. Fatal, nuestros principios deben primar de enero a diciembre, en campaña y sin campaña. Que la familia sea lo primero y la campaña de último.

Alberto Agámez

Agui les dejo el enlace del vídeo que aparece en Twitter :

Video: Redes sociales

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