Alberto Agámez B.
-¡Hey, Cartagenero!, vamos a jugar un partido de softbol en el Industrial –
¿Y dónde es esa vaina profe?
-Habla con Melgarejo, él te lleva.
Corría el año de 1977 y, salíamos de clase de química, cuando se me acerca el profesor Rafel Bassi, para invitarme a jugar Softbol en el colegio Industrial en la calle 30, para mí, que acababa de llegar a la ciudad, era algo extraño, por eso le pregunté por la dirección del campo donde jugaríamos. Esa, fue tal vez la segunda conversación franca que tuve con este excelente profesional de la Ingeniería Química, gran docente y mejor amigo. La primera vez que hablamos, fue cuando René Pantoja, quien estaba adelantando su tesis de grado, me lo presentó en la sala de profesores para que por sus oficios lograra que me aceptaran la transferencia a la facultad de Ingeniería.
Ese día, llegué a la Universidad y me topo con, El Flaco Pantoja, a quien conocía de antes, cuando venía a Barranquilla con la selección Bolívar y él competía por Atlántico, fue providencial, de ahí que mis primeros amigos en la Universidad del Atlántico fueron, él y Rafael Bassi.
Varias veces traté de explicarle que había nacido en San Onofre, que era paisano de, Policarpo Batista, pero siempre me decía, “ñeerda que, tu para mi eres cartagenero, aunque hayas nacido en allá”; soltaba esa carcajada que hoy retumba en mi memoria, con alegría siempre, como si estuviera hablando de Giovanni Urchela, su último ídolo en la pelota caliente.
Pasamos toda una tarde practicando en el colegio Industrial, ese día me lucí, apenas tenía 20 años y ellos ya eran mayores, Armando Melgarejo (QEPD) y Rafael Bassi, ambos mis profesores, desde entonces, entablamos gran amistad, gracias al deporte, a pesar de que eran mis profesores de Química Analítica y Fisicoquímica. Ya se fueron, pero los llevo en el corazón.
Hace bastantes años que dejamos la universidad, pero siguió la amistad. Primero por el deporte, Bassi era un “enfermo” por el béisbol, estaba enterado de este deporte, mucho más que algunos de los que nos creemos, “especialistas”, era tanta su pasión que en octubre de 2019, aparece un grupo de Whathsapp, denominado, “Béisbol postemporada”, me sorprendió que apareciera yo, como administrador del grupo, ante esto, me imaginé, estas cosas se parecen al profesor Bassi, nunca dejé de llamarle profesor. En ese grupo debatíamos antes y después de cada juego hasta cuando se acabó la Serie Mundial. Un grupo bacano, de amigos, creo que todos profesionales amantes de este deporte.
Rafael Bassi Labarrera, fue de esos amigos, con los que no frecuentas, pero que constantemente te llaman para hablar de diferentes temas. Cada vez que había una contratación en Grandes Ligas, me llamaba para hablar de ese tema, también para hacer una relación de los nuevos prospectos colombianos.
Una demostración de apreció, la recibí una tarde de 2018, cuando revisaba mi celular y encuentro que, desde Medellín, Juan Francisco Arias, ejecutivo de la AMB me manda una foto del profesor Bassi, con un libro en la mano, de inmediato, lo llamo y me refiere que en la Feria estaba un tipo comprando un
Libro de Humberto Acosta, sobre Roberto Clemente y Sandy Koufax titulado, El último Encuentro, que había pedido dos, para llevarle a Barranquilla uno a Alberto Agámez, “eso me llamó la atención” por eso, terminé tomándole la foto que te envié Agámez”. Ese era mi amigo, el profesor Rafael Bassi.
Gran profesor, en su primera clase, daba la impresión de ser un docente déspota, pero a medida que avanzaba el semestre, terminaba siendo el bacán de la sala de profesores, amigo de sus alumnos, al enterarme de su partida para siempre, esa fue la sensación que pude experimentar entre los compañeros de clases. Juan Burgos, hoy docente en la Universidad del Valle y ex alumno de Bassi en Barranquilla, fue más allá: “Acá lo recuerdan mucho, fue un excelente estudiante cuando hizo su maestría en esta institución y cuando me dictó clases, un gran profesor”.
Rafael Bassi se destacó en los medios como un gran, Gestor Cultural, salsero y amante de nuestro folclor. Yo, lo recuerdo cómo, mi profesor de Fisicoquimica, compañero de softbol en mi época de estudiante universitario y el amante enfermizo por el béisbol.Paz en la tumba de mi querido profesor Bassi.