Chochos
Detengámonos a analizar la curiosa forma de denominar a los altramuces que tienen en algunas partes de España. Detengámonos pero no demasiado, porque a lo mejor empezamos a preguntarnos a qué se llamó primero “chocho”, si a esta leguminosa o a la entrepierna femenina, y que relación de semejanza hay entre una cosa y otra… y, lo dicho, pasemos a la siguiente.
Aceitunas violadas
Aquí encontramos una buena dosis de humor negro frisando el mal gusto. Las aceitunas vaciadas y rellenas con un pepinillo en vinagre que asoma claramente por el agujero son una delicia, un matrimonio extraordinariamente bien avenido entre dos encurtidos adultos en posesión de sus facultades que pueden expresar libremente su consentimiento.
Aceitunas violadas.
Japuta
Bueno, esto empieza a ser ya un desparrame. A la japuta le falta una sílaba para convertirse en el insulto grosero más popular en la calle. Y eso que este pescadito plateado, también conocido con el nombre de palometa, se limita a surcar aguas profundas y comer pequeños cefalópodos. A saber a qué pescador malhablado le dio un mordisco en el dedo…
Japuta.
Bollo preñao
Y, claro, tanto fue el cántaro a la fuente que… hasta se nos preñan los panes. El bollo preñao (o pan preñao, o bollo preñau), típico en el norte de la Península y en Castilla y León, consiste en un panecillo relleno de chorizo o panceta con fuerte sabor a pimentón. Y, claro, como la carne está escondida dentro de la masa del pan, pues la analogía con un embarazo resultaba… no, no resultaba inevitable, admitámoslo.
Bollo Preñao.