En este video de solo seis minutos podrás conocer el proceso que se siguió en China para salvar esta especie de la extinción, utilizando la cría artificial y la reproducción natural de esta imponente ave, experiencia que puede ser muy útil para salvar a otras muchas especies en peligro a lo largo y ancho del planeta.
Después de 40 años de esfuerzos de conservación, actualmente en China hay más de tres mil ibis crestados solo en Yangxian y se considera que ahora la especie está estable.
“Somos los guardianes de los ibis crestados, protegemos a las aves para que prosperen”, explica el ornitólogo Liu Yinzeng, del instituto de Zoología de la Academia de Ciencias de China.
El ibis crestado o ibis japonés, cuyo nombre científico es “nipponia nippon”, es un ave de gran tamaño y plumaje blanco que era muy común antes de la década de 1930 en amplias zonas de China, Japón, Rusia y Corea, pero las guerras vividas en la región, los desastres naturales, el uso de pesticidas y la caza indiscriminada, entre otros factores, la pusieron al borde la extinción.
Desapareció primero en Rusia, en 1963, después ocurrió lo mismo en la península coreana en 1975 y en 2003 Japón declaró la extinción de la especie en su territorio.
Llegó a ser tan crítica la situación, que existían solamente siete ejemplares salvajes en China, pero las labores para su rescate no se hicieron esperar y hoy dan frutos.
“Escuchamos muchas historias negativas sobre la pérdida de especies, por eso es muy importante escuchar historias positivas y saber que las especies se pueden salvar y que se puede evitar su extinción”, explica el conservacionista británico Terry Townshend a Miao Xiaojuan, periodista de la Agencia Xinhua.
Dejar de usar pesticidas y usar fertilizantes naturales, prohibir la caza y la tala de árboles fueron algunas de las medidas puestas en marcha para lograr este objetivo.
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Xinhua